Derechos Humanos y Tiempo de Adviento (10 de Diciembre Dia Mundial de los Derechos Humanos)
El tiempo de adviento es en el calendario
litúrgico del cristianismo católico, el tiempo de la espera del nacimiento del
niño Jesús en Belén de Judá. Es también el tiempo de la espera de la segunda
venida de Jesús a la tierra en el contexto de la escatología cristiana.
Según la filosofía griega el cronos (kρόνος) que es el tiempo cronológico humano, es diferente del kairos (καιρός) o tiempo de Dios. La diferencia radica en que el primero es de carácter
cuantitativo y el segundo es cualitativo. A partir de estos dos conceptos
podemos hacernos las siguientes preguntas:
¿Qué acontece en el tiempo cronológico y
el kairos divino?
¿Qué podemos esperar en la temporalidad
humana?
¿Qué podemos esperar en el kairos de Dios?
¿Es posible una convergencia entre ambos
estados temporales?
Para el cristiano todo el tiempo es kairos.
Especialmente el adviento es tiempo de espera. Esperamos el tiempo de la dignificación
del ser humano. El tiempo de Dios hace
presencia en nuestra existencia y nosotros estamos inmersos en el kairos de
Dios que trasciende la cronología humana. No hay temporalidad cronológica sin
el kairos de Dios.
En la cronología humana Dios hace su irrupción
a través de hombres ungidos por el Espíritu Santo. Hombres llenos del Espíritu
que guía a los Profetas desde la antigüedad hasta nuestros días. Hombres que
desde su condición humana e inmersos en las bondades y desafios proféticos del
kairos divino, se sienten impulsados y llamados, como el fraile dominico Antonio
Montesinos, a levantar con su voz el estandarte de la defensa de la dignidad
humana, en el caso de fray Antonio, la defensa de la dignidad del indígena conquistado
y sometido por el yugo español. Había pasado un año desde que habían llegado
los frailes dominicos al a isla la española, hoy Santo Domingo, hombres dotados
de un gran sentido de justicia evangélica. Un año de ver los horrores cometidos
contra los indígenas, por ello deciden hablar en común para denunciar las
atrocidades de los españoles. El sermón que cambiaría la historia, estaba
firmado por los demás frailes, pero
sería la voz profética de fray Antonio quien pregonara y retumbara en la esterilidad
de las conciencias de sus oyentes.
Es así que el kairos de Dios, el kairos de la salvación, entra el
domingo 21 de diciembre de 1511, cuarto domingo de Adviento, cuando se lee el
pasaje del Evangelio de San Juan, donde dice: “Yo soy una voz que clama en el
desierto” (Jn 1, 23), fray Antonio Montesino subió al púlpito, como portavoz de
la primera comunidad de dominicos en el Nuevo Mundo para expresar:
Ego
vox clamantis in deserto (Yo soy la voz que clama en el desierto)
"Para
daros a conocer estas verdades me he subido aquí yo, que soy la voz de Cristo
en el desierto de esta isla. Y, por tanto, conviene que con atención no
cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos, la
oigáis; la cual voz os será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y
dura y espantable y peligrosa que jamás no pensasteis oír.
Esta
voz os dice que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís por la
crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes.
Decid:
¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre
a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas
gentes, que estaban en sus tierras mansas y pacíficas donde tan infinitas de
ellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan
opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades en
que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por
mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día? Y ¿qué cuidado
tenéis de quien los adoctrine y que conozcan a su Dios y creador, sean
bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos?
¿Éstos
no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos
como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en
tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto que en el
estado en que estáis no os podéis más salvar que los que carecen y no quieren
la fe de Jesucristo."
Fr. Antón de
Montesino O.P.
21 de diciembre de
1511
El sermón del Padre Montesinos, nos
orienta a descubrir que el tiempo de
adviento es el tiempo de los derechos humanos. Es en este tiempo donde se
celebra, hoy 10 de diciembre, el día mundial de los derechos humanos. Es el
kairos permanente de reconocernos unos a otros. Es el tiempo de sentirnos llamados,
en palabras del padre Antonio Chevrier, a ser Alter Christus en cada una de las dimensiones
de su vida: contemplativa, orante, actuante, denunciante, sufriente y
glorificada. Hoy como en tiempos de Antonio Montesinos estamos llamados a
seguir levantando el estandarte de la defensa de los derechos humanos en el
desierto de una sociedad cada vez más lejos de Dios, cada vez más secularizada
y cada vez más ensañada contra la dignidad humana. Las preguntas planteadas al inicio de esta reflexión deben ser respondidas por cada uno desde su condicion de servicio al Señor Jesús. Es por ello que debemos
estar inmersos en el kairos de Dios, porque el tiempo de los profetas no ha terminado.
Esp. Jhoani Rave Rivera
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