¿Qué es la Lectio Divina?



¿Qué es la Lectio Divina?

Por Jacob A. Davis

¿Cómo leemos las Escrituras? ¿Qué sucede cuando nos sentamos con nuestras Biblias y comenzamos a estudiar detenidamente la sabiduría que Dios nos ha dado a través de sus autores antiguos? 

En nuestro mundo racionalista, a menudo nos resulta fácil estudiar la Biblia, pero no tan fácil meditar en ella y absorberla. Nos sentimos tentados a mantener su verdadero poder transformador a una distancia prudencial. Los primeros monjes cristianos conocían bien esta tentación y nos dieron un método para leer las Escrituras con oración llamado Lectio Divina .

Leyendo con el Espíritu

Muchos nos sentimos tentados a abordar la Biblia como si fuera un libro de texto: es algo para estudiar, analizar y desmenuzar. Queremos desarrollar un marco teológico claro y preciso, y una exégesis precisa, pero mantenemos las palabras a distancia de nuestro corazón.

No me malinterpreten: la erudición bíblica y la comprensión teológica son esenciales para nuestra existencia cristiana. Sin embargo, el filósofo y teólogo Søren Kierkegaard reconoció los posibles peligros cuando esa es la única manera de abordar las Escrituras:

Aquí reside el verdadero lugar de la erudición cristiana. La erudición cristiana es la prodigiosa invención de la Iglesia para defenderse de la Biblia, para asegurar que podamos seguir siendo buenos cristianos sin que la Biblia se acerque demasiado. Oh, erudición inestimable, ¿Qué haríamos sin ti?

Søren Kierkegaard, Para el autoexamen

La Biblia no es solo un texto para la mente. Es un texto que nos llega al corazón. Busca llegar a la esencia misma de nuestro ser. Por eso, desde los inicios de la historia de la Iglesia, los cristianos comenzaron a meditar sobre el texto con oración, buscando la guía del Espíritu en la lectura. Empezaron a desarrollar métodos para profundizar en la Escritura, con una actitud receptiva al Señor.

¿Qué es la Lectio Divina?

La Lectio Divina (del latín «Lectura Divina») es una interacción con Dios a través de la oración al leer las Escrituras. Si bien se originó en las primeras comunidades benedictinas, ha sido ampliamente adoptada por todas las denominaciones cristianas. Esto incluye la tradición anglicana, cuyos numerosos vínculos con la espiritualidad benedictina se reflejan, en gran medida, en nuestra oración diaria a través del Oficio Diario .

La Lectio Divina implica una lectura pausada y contemplativa de las Escrituras, que permite un encuentro más profundo con Dios a través de su Palabra. Hace hincapié en escuchar la voz de Dios, que nos habla personal e íntimamente a través de las Escrituras.


Un paseo por la Lectio Divina

Antes de empezar

Antes de comenzar una meditación de Lectio Divina , aquí hay algunas sugerencias para ayudarle a prepararse.

Reserva un espacio donde puedas estar quieto y en silencio. Ve a un lugar de tu casa donde no te distraigan tu familia, la computadora, la televisión ni nada que pueda llamar tu atención. Silencia tu teléfono. Si puedes, crea un "espacio sagrado": enciende una o varias velas, coloca una cruz de mesa, adopta una postura de oración; convierte ese espacio en una capilla en casa, aunque solo sea por un momento.

Elige una de tus lecturas del Oficio Diario. Un salmo o un pasaje narrativo, como el Evangelio, te resultará más fácil de captar, especialmente mientras te acostumbras al ritmo de la Lectio Divina .

De estos, elige el pasaje que te resulte menos familiar, sobre todo al principio. Cuanto más despejados lleguemos a un pasaje, más abiertos estaremos a lo que nos depara en ese momento. Si has leído y estudiado el Salmo 23 hasta que se te ha quedado grabado en la memoria, puede que te cueste salir de ahí. Si necesitas meditar sobre un pasaje conocido, prueba con una traducción diferente a la que estás acostumbrado. Si memorizas el Salmo 23 , puede que te cueste dejarlo. Si necesitas meditar sobre un pasaje conocido, intenta usar una traducción diferente a la que estás acostumbrado.

Relájate. Entra en esto sin expectativas. No intentes evocar una epifanía personal. No te esfuerces buscando el significado del pasaje. 

Léelo con atención. Espera con paciencia. Permanece con Dios. Aunque estar conscientemente con él sea todo lo que surja de este encuentro, vale la pena.

Los cuatro pasos de la Lectio Divina

La Lectio Divina suele seguir cuatro pasos, a menudo denominados por sus nombres en latín: Lectio , Meditatio , Oratio y Contemplatio . Cada uno tiene una característica distintiva, pero todos son estaciones en el camino de la lectura de las Escrituras, a medida que percibimos intencionalmente la presencia de Dios. Después de preparar tu espacio, abre tu Biblia en el pasaje elegido, respira profunda y lentamente unas cuantas veces y luego sumérgete en él.

Lectio (Lectura)

Comienza con una lectura lenta y detenida de tu pasaje de las Escrituras. No te apresures. Estamos captando la superficie. Presta atención a cada palabra y frase. Si es una historia, ¿quiénes son los personajes? Si es poesía, ¿qué imágenes describe el poeta? Mientras lees, presta atención a cualquier cosa que destaque o llame tu atención; podría ser algo que Dios te esté iluminando. Tómate unos minutos para reflexionar sobre el pasaje, sumergiéndote en él.

Meditatio (meditación)

Ahora, comienza a reflexionar sobre el texto, reflexionando sobre su significado y trascendencia personal. Pregúntale a Dios qué quiere revelarte a través de este pasaje. ¿Qué palabras o frases te llaman la atención al leer? ¿Te identificas con algún personaje, una situación o una frase en particular? ¿Qué emociones te despiertan estas cosas? ¿Te invitan a presentar algo —alegría, tristeza, culpa— ante el Señor? Quizás te sientas impulsado a arrepentirte de un pecado o a enmendar una relación. Quizás te sientas liberado de un peso que te has impuesto o te sientas animado a actuar por el reino de Cristo. Dedica unos momentos a estas cosas.


Oratio (Oración)

Responde a Dios, inspirado por las reflexiones que obtuviste durante la meditación. Por ejemplo, podrías orar: «Querido Señor, siento que tu Espíritu me atrae hacia este aspecto de las Escrituras que tengo ante mí:______________. Gracias por enseñarme ___________. Concédeme la sabiduría para discernir tu voluntad y la gracia para andar en tus caminos». Quizás necesites presentarle tu arrepentimiento ahora. Quizás necesites pedirle valentía para las cosas a las que sientes que te llama. Acércate a él con las manos abiertas.

Contemplatio (Contemplación)

Al terminar tu oración, tómate un tiempo para estar en quietud y silencio. Permite que tu alma descanse con lo que Dios te ha revelado y se abra a su gracia. Es un momento de entrega, donde permites que tu consciencia de la presencia se profundice. Esto suele considerarse la culminación de  la Lectio Divina , donde nuestras almas descansan en el abrazo paternal de Dios .

Conclusión

Practicada con regularidad, la Lectio Divina nutre una relación íntima con Dios al conectar con su Palabra en una actitud de apertura y receptividad. Estos cuatro pasos, en conjunto, crean un flujo dinámico que va desde la lectura y la reflexión sobre las Escrituras hasta la oración personal y el descanso en la presencia de Dios. Que podamos sumergirnos en las aguas de su Palabra y beber profundamente, dejando que su verdad, iluminada por su Espíritu, nos renueve una y otra vez.

Fuente: https://anglicancompass.com/lectio-divina-a-rookie-anglican-guide-to-divine-reading/ 

Comentarios

Entradas populares