Una oración para la mañana


Oh Señor, abre nuestros labios y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Tus fieles siervos te bendicen. Dan a conocer la gloria de tu reino.

Bendito seas, Dios Soberano, gobernante y juez de todo, a ti la alabanza y la gloria por los siglos.

En la oscuridad de esta era que termina, que la luz de tu presencia, de la que disfrutan los santos, ilumine nuestros pasos al continuar nuestra peregrinación.

Que reflejemos tu gloria hoy y estemos preparados para ver tu rostro en la ciudad celestial donde ya no habrá noche.

Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Bendito sea Dios por los siglos.

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