Liturgia de la Palabra del Domingo 09 de Noviembre de 2025

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ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, cuyo bendito Hijo se manifestó para destruir las obras del diablo y hacernos hijos de Dios y herederos de la vida eterna: te suplicamos que, teniendo esta esperanza, nos purifiquemos como él es puro; para que, cuando vuelva con poder y gran gloria, seamos semejantes a él en su reino eterno y glorioso; donde contigo, Padre, y contigo, Espíritu Santo, vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén .


PRIMERA LECTURA

El Rey del universo nos resucitará a una vida eterna

Lectura del segundo libro de los Macabeos 6, 1; 7, 1-2. 9-14

El rey Antíoco envió a un consejero ateniense para que obligara a los judíos a abandonar las costumbres de sus padres y a no vivir conforme a las leyes de Dios.

Fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo: ¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres.

Una vez que el primero murió, llevaron al suplicio al segundo. Y cuando estaba por dar su último suspiro, dijo: Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes.

Después de éste, fue castigado el tercero. Apenas se lo pidieron, presentó su lengua, extendió decididamente sus manos y dijo con valentía: Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de Él. El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no hacía ningún caso de sus sufrimientos.

Una vez que murió éste, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos suplicios. Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por Él. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.

Palabra de Dios

 

SALMO RESPONSORIAL 16, 1. 5-6. 8b. 15

R/. ¡Señor, al despertar, me saciaré de tu presencia!

Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad. R/.

Mis pies se mantuvieron firmes en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas! Yo te invoco, Dios mío, porque Tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. R/.

Escóndeme a la sombra de tus alas. Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu presencia. R/.

 

SEGUNDA LECTURA

Que el Señor los fortalezca en toda obra y en toda palabra buena

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica 2, 16-3, 5

Hermanos:

Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.

Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes. Rueguen también para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos tienen fe.

Pero el Señor es fiel: Él los fortalecerá y los preservará del Maligno. Nosotros tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo nuestras disposiciones. 

Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de Cristo.

Palabra de Dios


ACLAMACIÓN AL EVANGELIO 2 Crón 7, 16

Aleluya. “Yo he elegido y consagrado esta Casa, a fin de que mi Nombre resida en ella para siempre”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Se refería al templo de su cuerpo

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 2, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas.

Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó las mesas y dijo a los vendedores de palomas: “Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio”.

Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: “El celo por tu Casa me consumirá”.

Entonces los judíos le preguntaron: “¿Qué signo nos das para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar”.

Los judíos le dijeron: “Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero Él se refería al templo de su cuerpo.

Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

Palabra del Señor

CREDO

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