Liturgia Santa Comunión Domingo 25 de junio de 2025.
Orden para la Administración de
La Santa Comunión (la Cena del Señor)
Celebrante:
Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Pueblo: Y bendito sea su reino, ahora y por
siempre. Amén.
Celebrante:
Dios omnipotente, para quien todos los corazones están
manifiestos, todos los deseos conocidos y ningún secreto encubierto: Purifica
los pensamientos de nuestros corazones con la inspiración de tu Santo Espíritu,
para que perfectamente te amemos y dignamente celebremos tu Santo Nombre; por
Cristo nuestro Señor. Amén.
RITO DE PENITENCIAL: CONFESIÓN DE PECADO
Celebrante:
Confesemos humildemente nuestros pecados contra Dios y
contra nuestro prójimo.
Puede
guardarse un período de silencio.
Ministro y
Pueblo:
Dios de misericordia,
confesamos que hemos pecado contra ti
por pensamiento, palabra y obra,
por lo que hemos hecho
y lo que hemos dejado de hacer.
No te hemos amado con todo el corazón;
no hemos amado a nuestro prójimo
como a nosotros mismos.
Sincera y humildemente nos arrepentimos.
Por amor de tu Hijo Jesucristo,
ten piedad de nosotros y perdónanos;
así tu voluntad será nuestra alegría
y andaremos por tus caminos,
para gloria de tu Nombre. Amén.
Ministro y
Pueblo:
Dios omnipotente, nuestro Padre celestial, que por su gran
misericordia ha prometido el perdón de los pecados de todos los que con sincero
arrepentimiento y verdadera fe se convierten a él: Tenga misericordia de
nosotros, nos perdone y nos libre de todos nuestros pecados, nos confirme y
fortalezca en toda virtud y nos conduzca a la vida eterna; mediante Jesucristo
nuestro Señor. Amén
Aquí se canta o dice:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros
Señor, ten misericordia de nosotros
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra suplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque solo tú eres Santo, solo tú Señor,
solo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
Oración Colecta
El Celebrante dice al pueblo: El Señor sea con ustedes.
Pueblo: Y
con tu espíritu.
Oremos: Oh
Dios, tú infalible providencia ordena todas las cosas en el cielo como en la tierra:
Aparta de nosotros todo mal, te suplicamos, y concédenos aquellos beneficios
que puedan ayudarnos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y
el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Ministerio de la Palabra
Oíd la Palabra de Dios todos los que verdaderamente se
convierten a él. Venid a mí, todos los que estáis trabajados y agobiados, que
yo os haré descansar. Mateo 11:28
MINISTERIO DE LA PALABRA
PRIMERA LECCIÓN (LECTURA)
Lector:
El rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan, y al ver que esto agradaba a los judíos, también hizo arrestar a Pedro. Eran los días de «los panes Ácimos». Después de arrestarlo, lo hizo encarcelar, poniéndolo bajo la custodia de cuatro relevos de guardia, de cuatro soldados cada uno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él.
La noche anterior al día en que Herodes pensaba hacerlo comparecer, Pedro dormía entre los soldados, atado con dos cadenas, y los otros centinelas vigilaban la puerta de la prisión. De pronto, apareció el Ángel del Señor y una luz resplandeció en el calabozo. El Ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar, diciéndole: «¡Levántate rápido!» Entonces las cadenas se le cayeron de las manos. El Ángel le dijo: «Tienes que ponerte el cinturón y las sandalias» y Pedro lo hizo. Después le dijo: «Cúbrete con el manto y sígueme». Pedro salió y lo seguía; no se daba cuenta de que era cierto lo que estaba sucediendo por intervención del Ángel, sino que creía tener una visión. Pasaron así el primero y el segundo puesto de guardia, y llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad. La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y anduvieron hasta el extremo de una calle, y en seguida el Ángel se alejó de él. Pedro, volviendo en sí, dijo: «Ahora sé que realmente el Señor envió a su Ángel y me libró de las manos de Herodes y de todo cuanto esperaba el pueblo judío».
Lector. Esta es la
Palabra del SEÑOR.
Congregación. Gracias a Dios.
LECCIÓN
O CANTO DE UN SALMO
SALMO RESPONSORIAL 33, 2-9
R/. El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R/.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: Él me respondió y me libró de todos mis temores. R/.
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en Él se refugian! R/.
LECCIÓN
DE LA EPÍSTOLA
Lector:
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6-8. 17-18
Querido hijo:
Ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida
se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera,
conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el
Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos
los que hayan aguardado con amor su manifestación.
Pero el Señor
estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi
intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca
del león. El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre en su
Reino celestial. ¡A Él sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén.
Lector: Esta es la Palabra del Señor.
Congregación. Gracias a
Dios.
Aquí se cantará un Himno.
LECCIÓN DEL EVANGELIO
El Evangelio
51 Cuando se acercaban los días de su ascensión, se propuso ir a Jerusalén. 52 Envió mensajeros delante de él, quienes fueron y entraron en una aldea de samaritanos para hacerle preparativos. 53 Pero la gente no lo recibió, porque su rostro estaba puesto hacia Jerusalén. 54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo y los consuma?». 55 Pero él se volvió y los reprendió. 56 Y se fueron a otra aldea.
57 Mientras iban por el camino, alguien le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». 58 Jesús le respondió: «Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza». 59 A otro le dijo: «Sígueme». Pero él respondió: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». 60 Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos. Pero tú, ve y proclama el reino de Dios». 61 Otro dijo: «Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de los que están en mi casa». 62 Jesús le respondió: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el reino de Dios».
Presbítero: El Evangelio del Señor,
Congregación: Alabanza a ti, oh Cristo
CREDO NICENO
EL CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio
Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los
muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios
Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida
eterna. Amén.
ORACION DE LOS FIELES (Formula V)
Lector: Con todo el corazón y con toda la mente, oremos al Señor,
diciendo: Escucha Señor
nuestra oración.
1. Por tu bendición sobre todo
trabajo humano y por el uso
debido de las riquezas de la
creación, para que el mundo
sea librado de la pobreza, el hambre
y el desastre.
R/ Escucha Señor
nuestra oración
2. Por los pobres, los perseguidos,
los enfermos y todos
cuantos sufren; por los refugiados,
los prisioneros y por
todos los que están en peligro, para
que hallen alivio y
protección.
R/ Escucha Señor nuestra oración
3. Por esta congregación [por los
presentes y los ausentes],
para que nos libres de dureza de
corazón y manifestemos
tu gloria en todo lo que hagamos.
R/ Escucha Señor nuestra oración
4. Por nuestros enemigos y por
cuantos nos desean el mal; y
por aquéllos a quienes hemos
agraviado u ofendido.
R/ Escucha Señor nuestra oración
5. Por nosotros, por el perdón de
nuestros pecados y por la
gracia del Espíritu Santo para
enmendar nuestras vidas.
R/ Escucha Señor nuestra oración
6. Por todos los que se han
encomendado a nuestras
oraciones; por nuestras familias,
amigos y vecinos, para
que, libres de ansiedad, vivan en
gozo, paz y salud.
R/ Escucha Señor nuestra oración
Colecta Final para la
Oración de los Fieles
Dios omnipotente, que conoces
nuestras necesidades
antes de que te imploremos: Ayúdanos
a pedir solamente lo que esté de acuerdo con tu voluntad; y concédenos aquellas
cosas buenas que no nos atrevemos a pedirte, o las que por nuestra ceguedad no
sabemos pedirte; por amor de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
ACCIÓN DE GRACIAS
1. Acepta, oh Señor, nuestra
gratitud y alabanza por todo
lo que has hecho por nosotros. Te
damos gracias por el
esplendor de la creación entera, por
la belleza de este
mundo, por el milagro de la vida y
por el misterio del
amor.
2. Te damos gracias por la bendición
de familiares y
amigos, y por el tierno cuidado que
en todo momento
nos rodea.
3. Te damos gracias porque nos das
tareas que requieren
nuestros mejores esfuerzos, y porque
nos guías hacia
logros que nos satisfacen y
deleitan.
4. Te damos gracias también por las
desilusiones y fracasos
que nos enseñan a reconocer que dependemos sólo de ti.
5. Sobre todo, te damos gracias por
tu Hijo Jesucristo; por
la verdad de su Palabra y el ejemplo
de su vida; por su
fiel obediencia, con la cual venció
a la tentación; por su
muerte, con la que venció a la
muerte; y por su resurrección, en la que somos resucitados a la vida de tu
reino.
6. Danos el don de tu Espíritu, para
que conozcamos a tu
Cristo y le manifestemos; y que, por
medio de él, te
demos gracias en todo tiempo, en
todo lugar y en todas
las cosas. Amén.
SANTA COMUNION
OFERTORIO
Celebrante: Bendito seas, Señor, Dios nuestro, rey del universo, que sustentas al
mundo entero con tu bondad, tu gracia y tu misericordia. Te damos gracias por
este Pan que se convertirá en tu cuerpo para nuestra salvación.
Presentación del Vino I
Celebrante: Bendito seas tú Señor, que bendices nuestras vidas y a nuestras
familias. Te presentamos con alegría las ofrendas y oblaciones de nuestra vida
y de nuestro trabajo. Te damos gracias por este vino que se convertirá en tu
sangre, bebida de salvación.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos Señor
estas ofrendas de pan y vino, Concede que, así como diariamente buscamos el pan que sostiene nuestros
cuerpos, podamos también tener hambre por el alimento de vida y que los que
compartimos este vino, que alegra nuestro corazón, podamos siempre compartir la
nueva vida de la Vid verdadera, tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén
GRAN PLEGARIA EUCARÍSTICA
Celebrante: El Señor sea con vosotros.
Pueblo:
Y con tu espíritu.
Celebrante: Elevad
vuestros corazones.
Pueblo: Los elevamos
al Señor.
Celebrante: Demos
gracias a Dios nuestro Señor.
Pueblo: Dárselas es digno y justo.
El
Celebrante continúa:
En verdad, oh Padre, es justo
glorificarte y darte gracias;
porque sólo tú eres Dios, vivo y
verdadero, morando en
luz inaccesible desde siempre y para
siempre.
Fuente de vida y toda bondad, hiciste todas las cosas y las colmaste de tu bendición; tú las creaste para que se regocijen en el esplendor de tu gloria.
Porque nos diste a
Jesucristo, tu único Hijo, que se encarnó por nosotros; quien, por el gran
poder del Espíritu Santo, fue hecho Hombre perfecto, nacido de la
carne de la Virgen María
su madre; para que, librados del yugo del pecado, recibamos la potestad de
llegar a ser hijos tuyos.
Innumerables ángeles están delante
de ti para servirte
noche y día; y contemplando la
gloria de tu presencia, te
ofrecen alabanza sin cesar. Y con
ellos, también nosotros, y por nuestra voz las demás criaturas bajo el cielo,
te aclamamos y glorificamos tu Nombre, cantando
Celebrante y Pueblo:
Santo, santo, santo, Señor Dios de los Ejércitos:
Llenos están los cielos y la tierra de tu
gloria.
Gloria a ti, oh Señor Altísimo.
El pueblo se arrodilla o permanece de pie.
El
Celebrante continúa:
Padre Santo y bondadoso: En tu amor
infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del
mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo
único y eterno, para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir
como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.
Extendió sus brazos sobre la cruz y
se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el
mundo.
En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la
muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan; y dándote
gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: " Tomad y comed, todos de él
porque éste es mi Cuerpo que será entregado por todos vosotros. Haced esto en
conmemoración mía."
Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gracias, se lo
entregó, y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre
del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de
los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío".."
Por tanto, oh
Padre, según su mandato:
Celebrante y Pueblo:
Recordamos su muerte,
Proclamamos su resurrección,
Esperamos su venida en gloria;
Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias,
celebramos el memorial de nuestra redención. Recordando su muerte,
resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones.
Te suplicamos, Dios bondadoso, que envíes tu Espíritu Santo
sobre estos dones, para que sean el Sacramento del Cuerpo de Cristo y su Sangre del nuevo Pacto.
Únenos a tu
Hijo en su sacrificio, a fin de que, por medio de él, seamos aceptables, siendo
santificados por el Espíritu Santo.
En la plenitud de los tiempos, sujeta todas las cosas a tu Cristo y llévanos a la patria celestial donde, con [_______ y] todos tus santos, entremos en la herencia eterna de tus hijos; por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
El Celebrante continúa:
Recuerda, Señor, a tu Iglesia, una,
santa, católica y
Apostólica, redimida por la sangre de
tu Cristo.
Manifiesta su unidad, guarda su fe y
presérvala en paz.
[Recuerda a (N.N. y)
todos los que ministran en tu Iglesia.]
[Recuerda a todo tu pueblo y a aquéllos
que buscan tu Verdad.]
Cuando esta plegaria eucarística se utiliza en la misa de difuntos puede decirse
[Recuerda a ______.]
[Recuerda a todos los que han muerto en
la paz de Cristo Y a aquéllos cuya fe sólo tú conoces;
Llévalos al lugar de eterno gozo y
luz.]
Y concede que alcancemos nuestra
herencia con [la
Bendita Virgen María, con los
patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, (con _______) y] todos los santos
que han encontrado favor contigo en tiempos pasados. Junto con ellos te
alabamos y te damos gloria,
Por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor.
Levantando
el pan y el vino dice:
en la unidad
del Espíritu Santo,
tuyos son el
honor y la gloria,
Padre
omnipotente, ahora
y por siempre. Amen.
ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO
Celebrante: Y ahora, conforme nuestro Salvador
Cristo nos ha enseñado, nos atrevemos a decir:
Pueblo y
Celebrante:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en los
cielos. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores. Y no nos dejes caer en la tentación más líbranos de mal. Porque tuyo
es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
Abrazo de la paz
Señor
Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les
dejo, mi paz les doy": No mires nuestros pecados sino la
fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa
Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo
tú vives y reinas
ahora y por siempre. Amén.
El Celebrante puede decir al pueblo:
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Pueblo: Y con tu espíritu.
FRACCIÓN DEL PAN El Celebrante parte el Pan
consagrado. Se guarda un período de silencio.
CORDERO DE DIOS: Oh Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo, ten misericordia de nosotros. Oh Cordero de Dios, que quitas
los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros. Oh Cordero de Dios, que
quitas los pecados del mundo, danos tu paz.
ORACION ANTES DE COMULGAR
¡Hazte presente! Hazte presente, oh Jesús,
nuestro gran Sumo Sacerdote, así como te hiciste presente con tus discípulos, y
muéstrate a nosotros en la fracción del Pan; tú que vives y reinas con el Padre
y el Espíritu Santo, ahora y por siempre. Amén
Puede decirse la siguiente oración. El Pueblo
puede unirse en la misma.
Nosotros no nos atrevemos a venir a ésta tu Mesa, oh Señor
misericordioso, confiados en nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes
misericordias. No somos dignos ni aun de recoger las migajas debajo de tu Mesa.
Más tú eres el mismo Señor, siempre misericordioso por naturaleza. Concédenos,
por tanto, Señor, por tu clemencia, que de tal modo comamos la Carne de tu
amado Hijo Jesucristo y bebamos su Sangre, que siempre vivamos en él, y él en
nosotros. Amén.
De cara al
pueblo, el Celebrante hace la siguiente Invitación:
Los Dones de Dios para el Pueblo de Dios.
Y puede
añadir:
Tomadlos en memoria de que Cristo murió por vosotros, y alimentaos
de él en vuestros corazones por fe, con acción de gracias.
Los ministros reciben el Sacramento en ambas
especies e inmediatamente después lo dan al pueblo. Se da a los comulgantes el
pan y el Cáliz con estas palabras:
El cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que fue dado por ti, preserve tu
cuerpo y alma para la vida eterna. Toma y come éste en memoria de que Cristo
murió por ti, y aliméntate de él en tu corazón por fe, con acción de
gracias.
La Sangre de nuestro Señor Jesucristo, que fue derramada por ti, preserve tu
cuerpo y alma para la vida eterna. Bebe ésta en memoria de que la Sangre de
Cristo fue derramada por ti, y sé agradecido.
Durante la administración de la Comunión pueden
cantarse himnos, salmos o antífonas.
ORACION DESPUES DE COMULGAR
en tu bondad
nos has aceptado como miembros vivos
de tu Hijo,
nuestro Salvador Jesucristo;
nos has nutrido
con alimento espiritual
en el Sacramento
de su Cuerpo y de su Sangre.
Envíanos ahora
en paz al mundo;
revístenos de
fuerza y de valor
para amarte y
servirte
con alegría y
sencillez de corazón;
por Cristo nuestro Señor. Amén.
BENDICION FINAL
(INCLINACIÓN DE LA CABEZA)
Celebrante: El Señor sea con vosotros.
Pueblo:
Y con tu espíritu.
Celebrante: y la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobres ustdes y sus familias y los guarde para siempre.
Pueblo: Amen
Celebrante:
Salgamos en nombre
de Cristo a dar testimonio de nuestra fe.
Pueblo:
Demos gracias a Dios.
O éstas: Id en paz para amar y servir al Señor.
Pueblo
Demos gracias a Dios.
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