El martes de la Primera Semana de la Cuaresma, en el oficio de Completas Mayores, después del Salmo 69, se canta el Canon. Los hirmos
se cantan dos veces,
al principio de cada
oda y al final. Antes de cada tropario,
nos signamos y nos inclinamos tres veces.
ODA 1, Tono 6
Hirmo: Él es mi socorro y refugio y se ha hecho mi salvación. Es mi Dios y le glorificaré, Dios de mis padres, y le ensalzaré, porque gloriosamente se
ha glorificado.
Responso: Ten piedad
de raí,
Dios, ten piedad de mí.
He sobrepasado voluntariamente el asesinato de Caín, porque avivando la carne, soy el asesino de la conciencia de mi alma, haciéndole guerra por
mis hechos inicuos. (Génesis
4: 8)
No he imitado a Abel en justicia, Jesús; no te he ofrecido dones aceptables,
ni acciones piadosas,
ni sacrificio puro, ni vida
sin mancha. (Génesis 4: 4)
Como Caín, nosotros también, alma miserable, hemos ofrecido al Creador de todo hechos inmundos, sacrificio reprensible
y vida inútil; por
tanto,
estamos
condenados.
(Génesis 4: 5; Hebreos
11: 4)
Formándome del barro, dándome vida, Alfarero, me conferiste carne y huesos, aliento y vida, mas, Creador mío y Redentor y Juez mío, recíbeme arrepentido. (Génesis 2: 7; Jeremías 18: 1-10; Romanos 9: 21)
Confiésote, Salvador, los pecados que he cometido, y las heridas de mi alma y cuerpo, los
que me han infligido mis pensamientos asesinos. (Lucas
105 30)
Aunque he pecado, yo sé que Tú amas a los hombres: castigas con misericordia y tienes ardiente piedad. Me ves llorar y te apresuras
hacia mí como
el Padre llamando al pródigo. (Lucas 15: 20)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: Trinidad superesencial, adorada en unidad, quítame el
pesado
yugo del pecado
y en tu compasión concédeme
lágrimas de compunción.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amén.
Teotoquio: Deípara, esperanza e intercesora de los que te alaban, quítame el pesado yugo del pecado, y como eres
nuestra Señora purísima, recíbeme a mí arrepentido.
ODA 2
Hirmo: Escuchad, cielos, y hablaré y cantaré de Cristo, que vino en la carne
a habitar entre nosotros, la cual tomó
de la Virgen.
Responso: Ten piedad de mí,
Dios,
ten piedad
de mí.
El pecado me ha despojado de mi primer vestido tejido por Dios y
me ha cosido
una túnica de pieles. (Génesis 3: 21)
Estoy envuelto en un vestido de vergüenza como de hojas de higuera, como reproche
por mis voluntarias pasiones. (Génesis 3: 7)
Heme vestido de una túnica ensuciada manchada de sangre, el curso de mi vida de pasión y
de lujuria.
Bajo el peso de las pasiones y de la corrupción material he caído, y
desde
entonces me persigue el
Enemigo.
Prefiriendo una vida avara y codiciosa a la pobreza de espíritu, Salvador, estoy abrumado de un yugo pesado. (Mateo 5: 3)
Al ídolo de mi carne lo he adornado de un manto multicolor, pensamientos vergonzosos, y estoy condenado. (I Juan 5: 21)
Heme preocupado del adorno exterior, y he descuidado el templo interior hecho a la imagen de Dios.
(I Pedro 3: 3-4)
La hermosura de la primera imagen la he cubierto de pasiones, Salvador, más busca con diligencia hasta hallarla,
como la dracma perdida. (Lucas 15: 3)
Como la ramera te clamo: He pecado, yo sólo he pecado contra Ti.
Acepta mis lágrimas también, Salvador, como mirra. (Lucas 7: 37-50)
Como el publicano, te clamo: Ten piedad, Salvador, ten piedad de mí, pues ningún hijo de Adán ha pecado contra Ti como yo. (Lucas 18:
13)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: Te alabo a ti, que eres uno en tres Personas, Dios de todo, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amén.
Teotoquio: Inmaculada Deípara, Virgen alabadísima, ora
fervientemente
que seamos salvos.
ODA 3
Hirmo: Establece tu Iglesia sobre
la inmóvil roca de tus mandamientos, oh Cristo.
Responso: Ten piedad
de mí,
Dios,
ten
piedad
de mí.
En ti, Vencedor de la muerte, he encontrado la Fuente de la vida, y antes del fin te clamo de mi corazón: He pecado, ten piedad de raí y sálvame.
He pecado, Señor, he pecado contra Ti. Ten piedad de mí, pues no hay pecador entre los
hombres que yo no haya sobrepasado en pecados.
He imitado a los inicuos de los días de Noé, y me he ganado una parte de su condenación de ahogar en el
diluvio. (Génesis 6)
Has seguido a Cham, que ultrajó a su padre, alma
mía, y no has cubierto, andando hacia atrás, la desgracia de tu prójimo......(Génesis 9: 20-27)
Huye, alma mía, como Lot, del fuego del pecado; huye de Sodoma y Gomorra, huye
de la llama de
todo deseo
excesivo. (Génesis,19)
Ten piedad, Señor, ten piedad de mí, te imploro, cuando vengas con tus angeles a recompensarnos según nuestros hechos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: Sencilla Unidad, no creada, Naturaleza sin origen, alabada en Trinidad de Personas, sálvanos que con fe adoramos tu
potestad.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amén.
Teotoquio: Madre de Dios,
no desposada, que diste a luz en
el tiempo al Hijo sempiterno del Padre. La Maravilla y milagro, mamantándole, ¡permaneces Virgen!
ODA 4
Hirmo: El Profeta oyó de tu venida, Señor, y que habías de nacer de la Virgen y aparecer a los hombres.
Tuvo miedo y clamo: He oído tus nuevas
y tengo
miedo. Gloria a tu potencia, Señor. (Habacuc 3: 2)
Responso: Ten piedad
de mí, Dios,
ten piedad de mí.
Vigila, alma mía, anímate como los grandes patriarcas, para lograr entendimiento
activo, para ganarte un espíritu veedor de Dios
y para penetrar la recóndita oscuridad, y así ser gran
mercader. (Génesis 32: 28; Lucas 19: 13-15)
El gran Patriarca, que engendró a los doce patriarcas, te ha mostrado
místicamente, alma mía, la escalera
de ascenso para tus
acciones, sabiamente dando
a sus hijos como
peldaños y sus pro-pios pasos
como
vía ascendente.
Has emulado al odiado Esaú, alma mía, vendiendo tu
primogenitura de belleza prístina a tu suplantador, y has perdido
la bendición de tu Padre, y te has engañado dos veces en obra y pensamiento. Por eso, miserable, arrepiéntete ahora. (Génesis 25: 31; 27: 37)
Esaú fue llamado Edom, por su excesiva pasión de las mujeres. Encendido de incontinencia y manchado de placeres,
fue llamado su
nombre Edom, que significa calor rojo,
del alma que
ama el pecado. (Génesis 25: 30)
¿De Job no has oído, alma mía,
del que se justificó en un estercolero?
Mas no has imitado su fortaleza, ni has tenido firmeza de voluntad en lo que has aprendido y sabido o sido tentado; no has tenido
constancia. (Job 1)
Aquél que estaba en un trono ahora está desnudo sobre un estercolero
y cubierto de sarna. El que tenía muchos
hijos y era
estimado, de súbito
queda sin hijos y sin amparo. Mas el estercolero lo tenía por palacio y sus heridas por perlas.
(Job 2: 7-8)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo:
A la Trinidad: Te confieso como indivisible en esencia, inconfundible en Personas, Divinidad Tri-una, co-entronizada y co-reinante, te
canto el himno
cantado tres veces en lo
alto.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amén.
Teotoquio: Das a luz y vives virginalmente, y en las dos cosas permaneces virgen
de naturaleza. El que de ti nace renueva las leyes de la naturaleza,
y su seno da a luz sin dolor. Cuando Dios desea, es vencido el
orden
natural,
pues El hace
lo que
desea.
ODA 5
Hirmo: De noche me levanto temprano buscándote;
ilumíname, te suplico, Amante de los hombres, y guíame por tus mandamientos, y enséñame, Salvador,
a hacer tu
voluntad.
Responso: Ten piedad de mí,
Dios,
ten piedad
de mí.
Alma mía, has oído como de antaño Moisés fue llevado en una arquilla de juncos
sobre las
aguas y las ondas del río como en una cámara, huyendo la penosa consecuencia del decreto de Faraón. (Éxodo 1: 22-2:
3)
Si has oído, alma miserable, de las parteras que de antaño tuvieron que matar a todos los
niños varones recien nacidos, frutos del connubio
casto, entonces, como el gran
Moisés, amamanta
sabiduría. (Exodo
1: 16; 2: 9; Hechos 7:
22)
Tú, alma miserable, no has herido ni matado tu mentalidad egipcíaca, como el gran
Moisés, ¿cómo puedes habitar, arrepentido, en el desierto de pasiones?
(Éxodo 2: 12)
El gran Moisés habitó en el desierto, alma mía; ve tú y émula su vida para alcanzar por contemplación
la visión de Dios
en la zarza.
(Éxodo
3: 1-2)
Imagínate, alma mía, la vara
de Moisés, que dividió el mar y secó el abismo, prefigurando la cruz divina, por la que tú también puedes realizar cosas grandes. (Éxodo
14:
16)
Aarón ofreció a Dios el holocausto puro y sin reproche, mas Ofni y Finees, como tú, alma mía, ofrecieron a Dios su vida pervertida y corrupta.
(Levítico
9: 21-24; I Reyes
[Samuel]
2: 12-34)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: A ti te glorificamos, Trinidad, un Santo, Santo eres,
Padre, Hijo y Espíritu, Ser siempre adorada. solo Dios, Santo, sencillo, UnidadAhora
y siempre,
y por
los siglos de los siglos.
Amén.
Teotoquio: De tí, purísima Doncella, Madre y Virgen, Dios que creó los mundos y los
siglos se revistió de mi barro
y se unió a sí mismo la naturaleza humana.
ODA 6
Hirmo: Clamé con todo el corazón a Dios misericordioso, y El me oyó desde el
abismo y
levanto
mi vida de la
corrupción.
Responso: Ten piedad
de mí,
Dios,
ten
piedad
de mí.
Las ondas de mis pecados, Salvador, como
en el Mar Rojo, volvieron de repente y me cubrieron, como a los
egipcios de antaño y su
caballería, (Éxodo 14: 7-31)
Como Israel de antaño, alma mía, has escogido mal. Porque necia, has preferido la glotonería lasciva de tus
pasiones al maná divino.
(Números 21:
5; I Corintios 10: 9)
Los pozos de engaño de Canaán, los has estimado, alma mía, sobre las aguas de la peña herida de que salen ríos de sabiduría, como de un cáliz la ciencia
divina. (Génesis 21: 25;
Éxodo 17: 6)
Carne de puerco, ollas de las carnes y el alimento de Egipto, los has preferido al maná celestial, como de antaño el pueblo insensato en el desierto. (Éxodo 16:
3; Números 11: 4-7)
Cuando tu siervo Moisés hirió la peña con su vara, místicamente prefiguró tu vivificador costado, Salvador, del que todos tomamos el
agua de
la vida. (Números 20: 11; I Corintios 10: 4)
Explora y espía la tierra de la Promesa, como Josué, el hijo de Nun, alma mía, y viendo como es,
mora en ella
guardando los mandamientos. (Josué 2)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: Yo soy Trinidad, simple e indi-vidida, en Personas dividida. Y soy Unidad, unida por naturaleza, dice
el Padre, el Hijo
y el
Espíritu Divino.
Teotoquio: Tu seno engendró a Dios por nosotros, al que tomó nuestra forma. Suplícale al Creador de todo. Deípara,
que por tu intercesión seamos justificados.
Señor, ten piedad. (3) Gloria...Y ahora...
Contaquio, tono
6
Alma mía, alma mía, levántate. ¿Por qué duermes? El fin está cercano, y serás confundida. Despiértate, pues, y sé vigilante, a fin
de que te salve Cristo Dios
nuestro, que está
en todas partes y todo
lo llena.
ODA 7
Hirmo: Hemos pecado, hemos transgredido y hecho mal ante ti, no hemos vigilado
ni hemos hecho lo que Tú nos
mandaste. Mas no nos abandones fi-nalmente, Dios de nuestros padres.
Responso: Ten piedad de mí,
Dios,
ten
piedad
de mí.
Cuando el arca fue llevada sobre un carro, y los bueyes dieron sacudidas, Uzza sólo la toco y experimento
el furor de Dios. Evita, alma mía, su temeridad y ten en reverencia lo divino. (II Reyes [II
Samuel; 6: 6)
Has oído de Absalom, como se rebeló contra la naturaleza; sabes de sus hechos inicuos, como mancho el lecho de su padre, David. Mas tú le has seguido en sus deseos apasionados
y lascivos. (II Reyes [Samuel] 15;
16:
21)
Has esclavizado tu libre dignidad a tu cuerpo, alma mía, y has encontrado en otro Architofel un enemigo, y te has
hecho cómplice de sus consejos, más Cristo
los ha dispersado para
que finalmente
te salves.
(II Reyes
[II Samuel] 16: 20)
Salomón, el magnífico, lleno de la gracia de la sabiduría, una vez hizo maldad delante de Dios
y se apartó de El; tú, alma mía, le has semejado por
tu vida
miserable. (III Reyes [I Reyes;
4: 29;11: 3-4)
Cautivo de sus pasiones carnales, se corrumpió ¡Ay! el amador de la sabiduría (Salomón)
se hace amante
de concubinas y se aparta de
Dios. Y tú,
alma mía, le has imitado en espíritu por
tus vergonzosas pasiones. (III Reyes
[I Reyes] 3: 12; 11:
4-12)
Has rivalizado, alma mía, a Roboam, que no guiso oír a los consejeros de su padre, y al vicioso esclavo
Jeroboam,
el renegado de antaño. Mas evita,
tal emulación y clama a Dios: He pecado, ten piedad de mí. (III Reyes
[I Reyes]
12: 13-20)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: Trinidad simple e indivisible, de una esencia y de una naturaleza, Luces
y Luz, tres Santos y uno
Santo,
Dios Trinidad es alabado. Canta, alma mía, y glorifica a la Vida y a las
Vidas, Dios de todo.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amén.
Teotoquio: Te alabamos, te bendecimos, te veneramos, Deípara, porque diste a luz a uno
de la inseparable Trinidad, al único Hijo y
Dios, y a nosotros los terrestres nos has abierto
los
reinos celestiales.
ODA 8
Hirmo: A Aquél que es glorificado por las huestes celestiales y ante quien
tiemblan los querubines y los serafines, que le alaben
y bendigan y ensalcen todo
lo que tiene
aliente y toda la creación por todos los
siglos.
Responso: Ten piedad
de mí,
Dios,
ten
piedad
de mí.
Habiendo emulado a Uzías, alma mía, tienes tú lepra dos veces; piensas cosas vanas y cometes
transgresiones. Deja, pues, lo que posees y entra en penitencia. (IV Reyes [II Reyes] 15:- 5; II Crónicas
26: 19)
¿Has oído, alma mía, de los ninivitas que se arrepintieron ante Dios vestidos de saco y cenizas? No los has imitado, sino que te revelas más obstinada que cuantos han
pecado antes y después de la ley. (Jonás 3:
5)
Has oído, alma mía, como Jeremías en la mazmorra de cieno, lamentándose clamó
a causa de la ciudad de Sion; pide lágrimas, imita
su vida
de lamentaciones
y serás salvada. (Jeremías
38: 6)
Joñas huyó a Tarsis, previendo la conversión de los ninivitas, pues, como Profeta, sabía de la compasión de Dios
y era celoso que su profecía
no fuera falsa. (Jonás 1:
3)
Has oído, alma mía, de Daniel en el foso de los leones, como cerro la boca de los
leones. Sabes cómo los tres infantes,
con Azarías, por la fe, apagaron las llamas del horno de fuego. (Daniel 6: 16-22; 3: 23)
He traído ante ti a todas las gentes del Antiguo Testamento para ejemplos. Imita los hechos agradables
a Dios
de los justos, y huye de los
hechos de los inicuos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo:
A la Trinidad: Padre eterno, Hijo coeterno, Consolador bondadoso, Espíritu
de verdad;
Padre
del Verbo Divino, Verbo del Padre eterno, Espíritu vivo y creador, Trinidad
Unidad, ten piedad de nosotros.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amen.
Teotoquio: Como de seda escarlata, Virgen inmaculada, dentro de tu seno fue
tejida la púrpura real, la carne de Emanuel. Te honrarnos, pues,
como
verdadera
Deípara.
ODA 9
Hirmo: Inefable fue el alumbramiento de la concepción sin simiente y sin corrupción de la Madre Virgen, pues la navidad de Dios renueva la naturaleza. Y en todas las generaciones te magnificamos como ortodoxos, Madre y Espesa
de Dios.
Responso: Ten piedad
de mí,
Dios,
ten
piedad
de mí.
Cristo fue tentado; el diablo le tentó, mostrándole piedras, que las hiciera pan; le llevo a un monte muy alto para que viera en un
instante todos
los reinos del mundo. Teme, alma mía, aquella escena, vela y ora
a cada
hora a
Dios. (Mateo
4: 3-9; 26; 41)
El que amaba el desierto, la lampara de Cristo, la voz clamando en el desierto sonó, pregonando la penitencia, mientras Herodes pecaba con Herodias. Ve, alma mía, que te enredas en las
redes del
pecado, más abraza
el arrepentimiento. (Mateo 14; 3; Marcos 1: 3)
El Precursor de la gracia habito en el desierto y toda Judea y Samaria salía a oírle, confesando sus pecados
y recibiendo
fervientemente el bautismo. Mas tú, alma mía, no los
has imitado. (Mateo 3: 5-6)
El matrimonio as honroso y el lecho sin mancilla, porque Cristo bendijo antes
las dos cosas; encarnado comió en las bodas de Cana,
y cambiando el agua en vino, revelo su primer milagro,
a fin de que tú, alma
mía,
fueras transformada.
(Hebreos 13: 4;
Juan 2:
1-11)
Cristo dio fuerzas al paralítico y éste tomo su cama; El levanto al joven muerto, el hijo de la viuda, y al mozo
del centurión, y
revelándose a la samaritana, te describió, alma mía,
como habías de adorar en espíritu.
(Mateo 9: 2-7; Lucas 7: 14; Mateo 8: 6-13; Juan 4:
24, 26)
El Señor sano a la mujer enferma de flujo de sangre, cuando ella toco la franja de su vestido; limpió leprosos, dio vista
a los ciegos, curo los
cojos; los
sordos y mudos y la mujer agobiada, los
sanó con su palabra,
para que tú, alma miserable, pudieras
ser salvada. (Mateo 9:
20-22; 10: 8; 11: 5; Lucas 13: 11-13)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo: A la Trinidad:
Glorifiquemos al Padre, exaltemos al Hijo y fielmente adoremos al Espíritu Divino, Trinidad inseparable, Unidad en esencia, como la Luz
y las Luces, la Vida y las
Vidas, dando
vida y luz a los
confines
de la
tierra.
Ahora y siempre, y por los
siglos
de los siglos. Amén.
Teotoquio: Socorre a tu ciudad, inmaculada Deípara, pues por ti reina fielmente, y en ti tiene su fortaleza,
y por ti vence y derrota
toda
tentación y prueba, cautivando al Enemigo y rigiendo sobre sus súbditos.
Responso: Venerable Padre Andrés,
intercede por nosotros ante Dios.
A Andrés: Venerable Andrés, Padre tres veces bendito, Pastor de Creta, no ceses de orar
a Dios por los
que te alaban, que El libre de
la ira, opresión y corrupción y da nuestras innumerables pecados a los que
fielmente honramos tu
memoria.
Y otra vez el hirmo: Inefable
fue... Y el resto de Completas Mayores
Comentarios
Publicar un comentario