Una Oración para la Mañana. Salmo 103.8-18
Salmo 103.8-18
El Señor es muy misericordioso y compasivo, ♦lento para la ira y grande en misericordia. No siempre nos acusará, ♦ni para siempre guardará el enojo.
No nos ha tratado conforme a nuestras iniquidades, ♦ni nos ha pagado conforme a nuestras maldades.
Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, ♦engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
Tan lejos como está el oriente del occidente, ♦ así alejó de nosotros nuestros pecados.
Como un padre se compadece de sus hijos, ♦ así es misericordioso el Señor con los que le temen.
Porque él sabe de qué estamos hechos; ♦se acuerda de que somos polvo.
Nuestros días son como la hierba; ♦ florecimos como una flor del campo;
Porque tan pronto como el viento pasa sobre ella, ya no existe, ♦y su lugar no la conocerá más.
Mas la misericordia de Jehová es desde tiempos antiguos y permanece para siempre sobre los que le temen, ♦y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Sobre los que guardan su pacto ♦y se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Esta oración de apertura puede decirse
La noche ha pasado y el día se abre ante nosotros;
oremos con un solo corazón y una sola mente.
Se guarda silencio.
Al regocijarnos en el don de este nuevo día, que la luz de tu presencia, oh Dios, encienda nuestros corazones de amor por ti,
ahora y por siempre. Amén.

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