Oración de la noche. viernes 31 de Enero de 2025

 


INICIO

El Oficiante comienza:

 

Oficiante: El Señor Todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Oficiante:  Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;

Pueblo: Que hizo el cielo y la tierra.

 

Rito De Penitencial:

 

Oficiante: Confesemos humildemente nuestros pecados a Dios todopoderoso. 

Puede guardarse un período de silencio. En este momento es oportuno hacer un examen de conciencia o revisión de la jornada.

Oficiante y Pueblo: 

Confesión del Pecado 1

 Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer.

No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos.

Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Oficiante y Congregación: 

Dios omnipotente, nuestro Padre celestial, que por su gran misericordia ha prometido el perdón de los pecados de todos los que con sincero arrepentimiento y verdadera fe se convierten a él: Tenga misericordia de nosotros, nos perdone y nos libre de todos nuestros pecados, nos confirme y fortalezca en toda virtud y nos conduzca a la vida eterna; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén

 Invitatorio y Salterio

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

Oficiante: Señor, abre nuestros labios;

Pueblo:  y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Oficiante:  Dios mío, ven en mi auxilio;

Pueblo: Señor, date prisa en socorrerme.

Oficiante:  Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Pueblo: Como era al principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oficiante: Alabemos al Señor.

Pueblo: Sea alabado El Nombre Del Señor.

Oficiante: La tierra es del Señor porque El la hizo: *

Pueblo: Vengan, adorémosle.

 Invitatorio

Salmo 95: 1-7, 8-11

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Salmodia 

Salmo 4

1 Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. *Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración. 2 Y ustedes, Señores, ¿hasta cuándo cambiarán mi gloria en vergüenza? *¿Hasta cuándo amarán ídolos vanos e irán en pos de lo ilusorio? Selah

3 Sepan que el SEÑOR honra al que le es fiel; * el SEÑOR me escucha cuando lo llamo. 4 Si se enojan, no pequen; *en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón. Selah

5 Ofrezcan sacrificios de justicia *y confíen en el SEÑOR. 6 Muchos son los que dicen: «¿Quién puede mostrarnos algún bien?» * ¡Haz, SEÑOR, ¡que sobre nosotros brille la luz de tu rostro!

7 Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría, *alegría mayor que la que tienen los que disfrutan de trigo y vino en abundancia. 8 En paz me acuesto y me duermo, *porque solo tú, SEÑOR, me haces vivir confiado.

Lectura Bíblica

Tú, oh Señor, estás en medio de nosotros, y tu nombre es invocado sobre nosotros; no nos abandones. Jeremías 14:9

Oficiante: En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;

Pueblo: Porque tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.

Oficiante: Guárdame, oh Señor, como a la niña de tus ojos;

Pueblo: Escóndeme bajo la sombra de tus alas.

 

Oficiante:  Señor, ten piedad de nosotros.

Pueblo: Cristo, ten piedad de nosotros

Oficiante: Señor, ten piedad de nosotros.

Cántico Evangélico

Ant: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)

Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

 Oficiante y Pueblo:

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino, hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

 

Oficiante: Oh Señor, escucha nuestra oración

Pueblo: Y llegue hasta ti nuestro clamor.

 

Oficiante: Oremos.

 

Vela, querido Señor, con los que trabajan, o velan o lloran esta noche, y da a tus ángeles a cargo de los que duermen. Atiende a los enfermos, Señor Jesucristo; da descanso al cansado, bendice al moribundo, calma el dolor del que sufre, compadécete del afligido, protege al gozoso; y todo por tu amor. Amén.

 

Oficiante: Señor, muéstranos tu misericordia

Pueblo: Y danos tu salvación.

Oficiante: Señor, guía a los que nos gobiernan;

Pueblo: Y guíanos por el camino de la justicia y la verdad.

Oficiante: Viste a tus ministros de justicia;

Pueblo: Y deja que tu Pueblo cante con alegría.

Oficiante: Señor, salva a tu Pueblo

Pueblo: y bendice tu herencia.

Oficiante: Da paz en nuestro tiempo, oh Señor;

Pueblo: y defiéndenos con tu gran poder.

Oficiante: No dejes que el necesitado, oh Señor, sea olvidado;

Pueblo: ni la esperanza de los pobres sea quitada.

Oficiante: Crea en nosotros corazones limpios, oh Dios;

Pueblo: Y no nos quites tu Santo Espíritu.

 

Final

Oremos:

Vela, querido Señor, con los que trabajan, o velan o lloran esta noche, y da a tus ángeles a cargo de los que duermen. Atiende a los enfermos, Señor Jesucristo; da descanso al cansado, bendice al moribundo, calma el dolor del que sufre, compadécete del afligido, protege al gozoso; y todo por tu amor. Amén.

Oficiante: Bendigamos al Señor.

Pueblo:  Gracias a Dios.

 

El oficiante concluye con lo siguiente:

 

Oficiante: El Señor todopoderoso y misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde, esta noche y siempre.

Pueblo:  Amén.

 

 

 

Comentarios

Entradas populares