Oración de la mañana. sábado 25 de enero de 2025
HIMNO
Cristo Jesús fue revelado en la carne y vindicado en el espíritu. Fue
visto por los ángeles y predicado entre las naciones. Creído en todo el mundo,
fue llevado arriba en gloria. Esto se manifestará a su debido tiempo por el
bendito y único Soberano El único que tiene inmortalidad y habita en luz
inaccesible. Al Rey de reyes y Señor de señores la honra y el dominio eterno.
Amén.
Invitatorio y Salterio
Oficiante: Señor, abre nuestros labios;
Pueblo: y nuestra boca
proclamará tu alabanza.
Oficiante: Dios mío, ven en mi
auxilio;
Pueblo: Señor, date prisa en
socorrernos.
Oficiante: Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;
Pueblo: Como era al
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oficiante: Alabemos al Señor.
Pueblo: Sea alabado El Nombre
Del Señor.
Oficiante: La tierra es del
Señor porque El la hizo: *
Pueblo: Vengan, adorémosle.
SALMO
68
1 Que se
levante Dios, que sean dispersados sus enemigos, * que huyan de su presencia
los que le odian. 2 Que desaparezcan del todo, como humo que se disipa con el
viento; * que perezcan ante Dios los impíos, como cera que se derrite en el
fuego.
3 Pero que
los justos se alegren y se regocijen; * que estén felices y alegres delante de
Dios. 4 Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por
las estepas, * y regocíjense en su presencia. ¡Su nombre es el SEÑOR!
5 Padre de
los huérfanos y defensor de las viudas * es Dios en su morada santa. 6 Dios da
un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; * los rebeldes habitarán
en el desierto.
7 Cuando
saliste, oh Dios, al frente de tu pueblo, * cuando a través de los páramos
marchaste, Selah 8 la tierra se estremeció, los cielos se vaciaron, * delante
de Dios, el Dios de Sinaí, delante de Dios, el Dios de Israel.
9 Tú, oh
Dios, diste abundantes lluvias; * reanimaste a tu extenuada herencia. 10 Tu
familia se estableció en la tierra * que en tu bondad, oh Dios, preparaste para
el pobre.
11 El Señor
ha emitido la palabra, * y millares de mensajeras la proclaman: 12 «Van huyendo
los reyes y sus tropas; * en las casas, las mujeres se reparten el botín:
13 alas de
paloma cubiertas de plata, con plumas de oro resplandeciente. * Tú te quedaste
a dormir entre los rebaños». 14 Cuando el Todopoderoso puso en fuga a los reyes
de la tierra, * parecían copos de nieve cayendo sobre la cumbre del Zalmón.
15 Montañas
de Basán, montañas imponentes; * montañas de Basán, montañas escarpadas: 16
¿Por qué, montañas escarpadas, miran con envidia al monte donde a Dios le place
residir, * donde el SEÑOR habitará por siempre?
17 Los
carros de guerra de Dios se cuentan por millares; * del Sinaí vino en ellos el
Señor para entrar en su santuario. 18 Cuando tú, Dios y SEÑOR, ascendiste a las
alturas, te llevaste contigo a los cautivos; * tomaste tributo de los hombres,
aun de los rebeldes, para establecer tu morada.
19 Bendito
sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, * que día tras día sobrelleva nuestras
cargas. Selah 20 Nuestro Dios es un Dios que salva; * el SEÑOR Soberano nos
libra de la muerte.
21 Dios
aplastará la cabeza de sus enemigos, * la testa enmarañada de los que viven pecando.
22 El Señor nos dice: «De Basán los regresaré; * de las profundidades del mar
los haré volver,
23 para que
se empapen los pies en la sangre de sus enemigos; * para que, al lamerla, los
perros tengan también su parte». 24 En el santuario pueden verse las
procesiones de mi Dios, * las procesiones de mi Dios y Rey.
25 Los
cantores van al frente, seguidos de los músicos de cuerda, * entre doncellas
que tocan panderetas. 26 Bendigan a Dios en la gran congregación; * alaben al
SEÑOR, descendientes de Israel.
27 Los guía
la joven tribu de Benjamín, * seguida de los múltiples príncipes de Judá y de
los príncipes de Zabulón y Neftalí. 28 Despliega tu poder, oh Dios; * haz gala,
oh Dios, de tu poder, que has manifestado en favor nuestro.
29 Por causa
de tu templo en Jerusalén * los reyes te ofrecerán presentes. 30 Reprende a esa
bestia de los juncos, * a esa manada de toros bravos entre naciones que parecen
becerros. Haz que, humillada, te lleve barras de plata; * dispersa a las
naciones belicosas.
31 Egipto
enviará embajadores, * y Cus se someterá a Dios. 32 Cántenle a Dios, oh reinos
de la tierra, * cántenle salmos al Señor, Selah
33 al que
cabalga por los cielos, los cielos antiguos, * al que hace oír su voz, su voz
de trueno. 34 Reconozcan el poder de Dios; su majestad está sobre Israel, * su
poder está en las alturas.
35 En tu
santuario, oh Dios, eres imponente; * ¡el Dios de Israel da poder y fuerza a su
pueblo! ¡Bendito sea Dios!
Todos: Gloria a la Padre, al Hijo y a la Espíritu Santo;
*Como era al principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura del Evangelio. Juan 8, 12
Oficiante: Lectura del santo
evangelio según san Juan.
Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
Oración: Oh buen Jesús, Palabra del Padre y resplandor de su
gloria, a quien los ángeles desean contemplar: enséñame a hacer tu voluntad
para que, guiado por tu Espíritu, llegue a aquella bendita ciudad del día
eterno, donde todos son uno en corazón y mente, donde hay seguridad y paz
eterna, felicidad y deleite, donde vives con el Padre y el Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén
BENEDICTUS
La
Canción de Zacarías
LUCAS
1:68-79
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, * porque ha venido a redimir a su
pueblo Nos envió un poderoso Salvador * en la casa de David su siervo como lo
prometió en el pasado por medio de sus santos profetas, * para librarnos de
nuestros enemigos y del poder de todos los que nos aborrecen; para mostrar
misericordia a nuestros padres * al acordarse de su santo pacto.
Así lo juró a Abraham nuestro padre: * nos concedió que fuéramos libres
del temor, al rescatarnos del poder de nuestros enemigos, para que le
sirviéramos con santidad y justicia, * viviendo en su presencia todos nuestros
días.
Y tú, hijito mío, serás llamado profeta del Altísimo, * porque irás
delante del Señor para prepararle el camino. Darás a conocer a su pueblo la
salvación * mediante el perdón de sus pecados, gracias a la entrañable
misericordia de nuestro Dios. * Así nos visitará desde el cielo el sol
naciente, para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible
oscuridad, * para guiar nuestros pasos por la senda de la paz».
Gloria a la Padre, y al Hijo y a la Espíritu Santo: * Como era al
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oficiante y Pueblo:
PADRE NUESTRO
Padre
nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu
Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en
el cielo.
Danos hoy nuestro pan
de cada día.
Perdona nuestras
ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos
ofenden.
No nos dejes caer en
tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el
reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre.
Amén.
Oficiante: Señor, muéstranos tu
misericordia
Pueblo: Y danos tu salvación.
Oficiante: Señor, guía a los que
nos gobiernan;
Pueblo: Y guíanos por el
camino de la justicia y la verdad.
Oficiante: Viste a tus ministros
de justicia;
Pueblo: Y deja que
tu Pueblo cante con alegría.
Oficiante: Señor, salva a
tu Pueblo
Pueblo: y bendice tu
herencia.
Oficiante: Da paz en nuestro
tiempo, oh Señor;
Pueblo: y defiéndenos con tu
gran poder.
Oficiante: No dejes que el
necesitado, oh Señor, sea olvidado;
Pueblo: ni la esperanza de
los pobres sea quitada.
Oficiante: Crea en nosotros
corazones limpios, oh Dios;
Pueblo: Y no nos quites tu
Santo Espíritu.
Oración final
Dios
todopoderoso, que hiciste brillar la luz del Evangelio en todo el mundo por la
predicación de tu siervo san Pablo: concédenos que, a quienes celebramos su
admirable conversión, le sigamos dando testimonio de tu verdad; por Jesucristo,
tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
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